MIRANDO DE REOJO
Ya no es una novedad para el ciudadano de Capitán Sarmiento que el pueblo está un poco desacomodado, luce abandonado, hay poca preocupación desde el municipio para ponerlo en orden y ejercer lo que se dice en los slogans de “el mejor lugar para vivir”. Tal vez lo que hace falta es que el área correspondiente de la municipalidad o mejor dicho el funcionario que está a cargo de la misma, camine, y no que ande en camioneta o automotor, así puede ver los defectos o lo que hay que mejorar en toda la ciudad. No basta con empezar una mega obra como el paso a nivel en la calle Córdoba o el arreglo de la plazoleta Mitre, eso lleva tiempo. Hay otras obras pequeñas como arreglar los pozos que se acumulan en las calles, que hoy por hoy lucen desgastadas, y están rompiendo los vehículos que por ellas transitan. Recordamos que en una época lejana un intendente contrató una empresa privada y se dedicó a rellenar con brea las rajaduras de las viejas calles de macadam, que hoy lucen terribles, parecen salidas de un terremoto, de mas está decir que por esas rajaduras penetra el agua y a la larga terminará rompiendo una calle que lleva muchísimos años en buen estado. Es una verdadera lástima. Lo raro de todo esto, es que los concejales oficialistas no ven nada de lo que estamos diciendo, miran de reojo.
A esta altura nos preguntamos ¿para qué están en el HCD? ¿para que los elegimos? No quieran saber que tratan en sus reuniones, los proyectos presentados se cuentan con los dedos de una mano. Mas bien tratan proyecto elevados por el Ejecutivo, es decir que se convirtieron en una oficina mas dentro del gobierno local, solo aprueban lo que la intendenta manda, y por más que los otros representantes presenten proyectos, rara vez, los aprueban, la mayoría los pasan a comisión. Es decir, miran de reojo.
Esto no es lo que se llama un gobierno democrático, no existe la división de poderes, el legislativo no hace más que poner el sello por mayoría a lo que dispone la intendenta. Mientras tanto en la ciudad se acumula basura, pozos, luces quemadas, calles anegadas, o con mucho polvo, en fin, un abandono total. En tanto el ciudadano paga las tasas retributivas para que los servicios sean brindados correctamente. No sabemos el índice de cobrabilidad, pero suponemos que desde se conoció la nueva directiva nacional que dispone que las tasas municipales no pueden cobrarse por medio de otras empresas privadas, como Edén o la cooperativa de Agua, imaginamos que bajarán ostensiblemente. Salvo que desde el municipio cumplan con su función arreglando estos pequeños detalles de los que estamos hablando.
Para el final: las obras que se emprenden deben ser terminadas, en lo posible rápidamente, no se olviden que el año que viene se vota nuevamente, y si seguimos así el panorama puede cambiar drásticamente para el oficialismo en nuestra ciudad. Y para los concejales les aconsejamos que caminen las calles y no se atornillen al sillón, no sigan mirando de reojo.