ENTREVISTAS

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Conversamos con los profesores y docentes de nuestra ciudad, Teresita Turrini, Joaquín Giménez, Sandra Pujol y Paola Aquiles,  quienes nos cuentan acerca de la nueva forma de enseñanza virtual.

TERESITA TURRINI: Actual Directora de la Escuela Especial 501. Profesora del profesorado de educación especial. Licenciada en Psicopedagogía y Estimulación Temprana. Magisterio Especializado en Educación Adulta.

E.A.: Como docente, ¿cómo evalúa la nueva forma de enseñanza, es decir, virtual?

La virtualidad nos interpeló como docentes a incursionar en el mundo de las tecnologías. Hemos aprendido mucho en poco tiempo. La enseñanza virtual es diferente, porque en virtualidad menos es más.

E.A.: ¿Ve a los alumnos entusiasmados?

Está comprobado que el nivel atencional de un alumno no puede ser de cuatro horas como es la cursada presencial. Hay que ser equilibrado en cuanto al crear una clase donde el escenario no es el aula, sino el hogar. No hay laboratorios sino cocina o jardín o un pedazo de patio o un cantero para hacer ciencias. Los juegos se crean con elementos cotidianos porque no se puede salir a comprar. La creatividad se desarrolla tanto en el docente, la familia y el alumno.

E.A.: ¿Qué es lo positivo y que es negativo?

Lo positivo es que las familias pudieron revalorizar la figura del docente.  El problema de la virtualidad son aquellos alumnos que no cuentan con los recursos tecnológicos, o conectividad, sumado a que sus familias no cuentan con las herramientas para poder enseñarles entonces no tienen tanta posibilidad de acceder al conocimiento.

E.A.: Cualquier otra apreciación que pueda contarnos.

 Así como aprendimos como sociedad, aprendimos como docentes a entender que se accede al conocimiento teniendo en cuenta las inteligencias múltiples, que el papel no  es solo un formato donde presentar una actividad, que por medio de videos o por medio de otros lenguajes tanto artístico y musical se puede aprender, en una parte va nos sentimos fortalecidos.

Lo que considero que lo más importante es cuidar al otro. Al docente, a la familia a los alumnos. Que aprendimos desde otro lugar tanto como enseñantes y como aprendientes. Esta no es una situación fácil, pero nos sentimos tan fortalecidos los docentes y quienes conducimos las instituciones porque sabemos que se trata de cuidar al que tengo cerca. Que vamos a recuperar lo que no pudimos enseñar, pero ahora tenemos que estar cerca de los alumnos y las familias. Lo más significativo es que alumnos y adolescentes que estaban con trayectorias donde había que hacer seguimiento, se han fortalecido mucho y están comprometidos y entusiasmados.

Si hay una palabra que le pondría a este tiempo es Resiliencia. Y lo que me parece correcto es que la evaluación no es numérica, porque no todos pueden aprender en un contexto de aislamiento o en familias donde hay que satisfacer otras necesidades o tienen otras urgencias.

JOAQUIN GIMENEZ: Ingeniero en Alimentos y profesor en distintos niveles, secundario, terciario y universitario

E.A.: Como docente, ¿cómo evalúa la nueva forma de enseñanza, es decir, virtual?

La docencia siempre fue una actividad compleja y en épocas de pandemia lo es más aún. El trabajo, al igual que en años anteriores, difiere respecto al nivel; tanto el tiempo, los alumnos, como los objetivos son distintos. También tenemos cosas en común: todos tenemos que reinventarnos para tratar que la educación no baje su calidad.  En los institutos terciarios y universidades debemos seguir formando profesionales y esto es un gran desafío. Para hacerle frente, usamos distintas herramientas como plataformas virtuales donde enviamos material a nuestros alumnos (de las formas más variadas) e interactuamos con ellos.

E.A.: ¿Ve a los alumnos entusiasmados?

La forma de evaluar en la universidad varía entre exámenes escritos frente a la cámara de la computadora, de elección múltiple en páginas oficiales u orales ante los miembros de las cátedras correspondientes. La conexión en estos casos es fundamental y muy variada, hay alumnos que hacen un gran sacrificio económico para acceder y como docentes siempre debemos facilitarles los medios, tratando de que nadie quede afuera. Si bien el nivel superior no es obligatorio, creemos que los alumnos han elegido estar en esos lugares y consideramos triste si deberían abandonar la carrera, no por elección, sino por las circunstancias.

En mi caso, dicto asignaturas que se relacionan directamente con actividades no compatibles al aislamiento social preventivo obligatorio como son visitas a industrias, trabajos en laboratorios o prácticas en centros educativos y de salud. Por esto, soy positivo y espero que seamos lo suficientemente conscientes y responsables para combatir esta pandemia cuidándonos, de modo tal que pueda como docente hacer que mis alumnos realicen estas actividades tan importantes en su desarrollo profesional.

E.A.: ¿Qué es lo positivo y que es negativo?

La enseñanza virtual tiene aspectos positivos y negativos. Como dije previamente tuvimos que reinventarnos, amigándonos con la tecnología para que los alumnos adquieran los conocimientos necesarios, leerlos más y encontrar en este modo de expresión cosas para mejorar. De todas maneras, sostengo que nada reemplaza al aula presencial. El intercambio personal con los estudiantes es un hecho muy sofisticado que enriquece tanto al alumno como al docente, sea cual sea el nivel en el que se desarrolle.

Los tiempos en la virtualidad  difieren y mucho. Formar profesionales requiere agotar todos los recursos para lograr que ese alumno entienda, por lo que las horas de clases se me hacen pocas y en materias cuatrimestrales estamos evaluando extender el cuatrimestre. Estar frente a la computadora cansa y esto hay que tenerlo presente para lograr la atención de los alumnos: hay que tener altibajos en las clases para que los estudiantes se despejen y a la vez presten atención y eso muestra la profesionalidad del docente, en detalles tan poco pensados como lo es el tono de la voz.

Respecto a la vuelta de las clases, confío en que se sigan tomando medidas que nos cuiden, seguramente será en forma gradual pero hoy es un hecho incierto. Mientras tanto, tenemos que seguir cuidándonos y esforzarnos para que nuestros alumnos tengan una educación de calidad demostrándoles empatía; porque no tenemos que olvidar que ésta es esencial y hace grandes a los futuros profesionales que hoy tenemos enfrente.

PAOLA AQUILES: Profesora e instructora de Formación Profesional,  forma parte del

Equipo de Conducción de la Escuela de Educación Secundaria  Técnica y es  Preceptora de la Escuela Secundaria Nro.1. Cursa el 2do año de la Licenciatura de Gestión Educativa de la UNSADA

E.A.: Como docente, ¿cómo evalúa la nueva forma de enseñanza, es decir, virtual?

El gobierno nacional decidió el día 20 de marzo de 2020, emitir el Decreto N° 297/20 que establecía el aislamiento social preventivo y obligatorio. A pocos días de haber comenzado las clases, de un día para otro, escuelas, profesores, estudiantes nos encontramos sin poder ir a clases, sin la rutina de la presencia en las aulas. Pero de ninguna manera sin escuela, esta Pandemia nos interpela y desafía a nuevos modos de transitar el proceso de enseñanza y aprendizaje, ahora a través de la virtualidad. La escuela sigue abierta. Las puertas estarán cerradas, pero las propuestas de enseñanza siguen vigentes, reconfiguradas, para poder estar cerca.

Los esfuerzos de las escuelas por sostener los vínculos forman parte de las políticas de cuidado, intentando a través de esos vínculos promover otras rutinas, construir el lazo sin atosigar a los estudiantes y sus familias, pero haciendo presente el lugar de la escuela ofreciendo infinidad de recursos didácticos, construyendo criterios para su selección y circulación teniendo en cuenta las características de nuestros alumnos, los propósitos de la enseñanza y la particularidad del contexto.

Se trabaja para prever otros escenarios y condiciones en las que ocurra el aprendizaje, lo cual requiere diseñar nuevas formas de enseñanza y acercamiento, ya sea a través de encuentros virtuales, materiales pedagógicos desarrollados en los diferentes servicios educativos, cuadernillos proporcionados por el nivel central. La continuidad pedagógica en tiempos de no-presencialidad no se agota en la virtualidad, y es interesante pensarla desde diferentes oportunidades que nos ofrecen diferentes medios de comunicación y diferentes estrategias de encuentro a distancia.

Sabemos que los espacios virtuales de diálogo no son suficientes y que de ninguna manera reemplazan al encuentro cara a cara con el otro, puede ser muy difícil para los adolescentes ya que los hace sentir desconectados de sus amigos. Muchos también le hacen frente a grandes desilusiones como las de no poder vivir el día a día de su último año de estudio, lucir sus buzos de egresados, disfrutar de los encuentros en los recreos, compartir la charla diaria con el personal docente y sus pares. Ellos, nuestros alumnos, habían planeado su año escolar y de pronto se encontraron con un mundo diferente, es ahí donde debemos estar presentes para no cortar el vínculo y apoyarlos en este tránsito hasta que podamos regresar a las aulas.

SANDRA PUJOL: Periodista, Docente de la E.E.S Nº3 “Dr. René G. Favaloro”, orientación en Comunicación

EA: ¿Cómo evalúa la nueva forma de enseñanza, es decir, virtual?

Los docentes y los alumnos estamos atravesando un proceso de enseñanza y de aprendizaje muy particular por el aislamiento social debido al Covid-19. En el equipo de trabajo de la EES Nº 3 somos conscientes de que las experiencias y propuestas que se están desarrollando en el marco de la suspensión de las clases presenciales responden a una forma de enseñanza en situación de emergencia. Hablar de educación virtual implica otras condiciones específicas. Nuestro objetivo desde el día 1 de la cuarentena es garantizar la continuidad pedagógica de toda la matrícula escolar, utilizando y adaptando los recursos, las herramientas y las competencias de acuerdo al contexto de cada alumna y alumno, teniendo en cuenta que no todos acceden a conectividad.

E.A.: ¿Qué le ve de positivo y qué de negativo?

Es evidente que este aislamiento hizo aún más visible la desigualdad en nuestra sociedad. En este sentido en nuestra escuela siempre trabajamos para encontrar soluciones a cada problemática, a cada barrera que se interpone en nuestros objetivos. El trabajo en equipo, el compromiso, la experiencia de varios proyectos institucionales que ya veníamos realizando -como el diario impreso y digital Parlanchín- y la experiencia de Escuela Promotora nos permitió reorganizar rápidamente las actividades de manera interdisciplinaria, integrando contenidos de diferentes materias y utilizando diferentes formatos. Si bien el nuevo escenario implicó un trabajo intenso, de semanas de jornada completa para que cada familia esté en contacto permanente con la institución y con todo el material necesario para la continuidad pedagógica, nos puso a prueba a toda la comunidad educativa y motivó la creatividad en cada uno de nosotros.

E.A.: ¿Percibe a los alumnos entusiasmados?

Los veo con ganas de volver a su escuela. Ese espacio de encuentro con sus pares, sus amigos, con los adultos de la institución que los identifica. La escuela es y seguirá siendo un núcleo de socialización para los jóvenes que están construyen su identidad, creciendo y conociendo otros referentes, tomando y descartando modelos de formas de ser y de formas de hacer las cosas más allá de su entorno familiar. Los jóvenes siempre están entusiasmados con algo. Es parte del rol del docente descubrir junto a ellos sus intereses y motivarlos a no perder las ganas, la curiosidad y el entusiasmo por aprender. Es un buen momento para conocernos más en profundidad.

E.A.: ¿No le parece excesivo el contenido de las clases?

Las primeras semanas fueron intensas para todos porque organizamos las actividades pensando en volver a la escuela en el plazo de un mes. Los métodos y las actividades se fueron modificando de acuerdo a las circunstancias, por eso insisto en que estamos enseñando en situación de emergencia: planificamos, ejecutamos, verificamos y modificamos; como en todo proceso de aprendizaje.

Lo fundamental en este momento es  preservar el vínculo y los lazos afectivos con los alumnos y las familias; orientarlos, acompañarlos, motivarlos con propuestas que elevan la autoestima; que ellos sean los protagonistas, brindarles diferentes opciones para que elijan actividades según sus intereses; generar propuestas que desarrollen habilidades y competencias para su desarrollo personal. La idea de la casa como un laboratorio, trabajar y aprender con elementos que están a su alcance en la cocina, en el patio, trabajar con problemáticas de su entorno.

E.A.: ¿Cómo evalúa recomenzar las clases?

Cuando los especialistas de la salud y las autoridades determinen que es el momento apropiado para retomar las clases presenciales en el aula de la escuela tendremos la oportunidad de seguir construyendo la escuela que queremos. Será momento de reflexionar, revisar este período de aprendizaje, valorar el trabajo realizado, fortalecer todo aquello que consideramos se puede mejorar dentro del aula y generar nuevas propuestas y desafíos. Está claro que todo lo que sucede nos deja una enseñanza.